SIMONE DE BEAUVOIR

 El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres

Sus obras

En su primera novela, La invitada (1943), trató los dilemas existencialistas de la libertad y la responsabilidad individual, que seguirán apareciendo en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944) y Los mandarines (1954), por la que consiguió el Premio Goncourt.
Sus tesis existencialistas aparecen también en sus obras autobiográficas, entre las que destacan Memorias de una joven de buena familia (también conocida como Memorias de una joven formal) (1958) y Final de cuentas (1972). Entre sus ensayos destaca El segundo sexo (1949), análisis que se ha convertido en la piedra angular del feminismo, y que examina, desde una perspectiva histórica, social y filosófica, la alienación de la mujer.

Feminismo

Fue al cumplir los 40 cuando Simone empieza a plantearse cómo había vivido "el hecho de ser mujer". Y aunque reconoce "no haber tenido nunca sentimiento de inferioridad ni que la feminidad fuera una carga para ella", sí ha visto que muchas mujeres sienten haber vivido como "seres relativos". De estas cuestiones nace 'El segundo sexo', que se articula en dos tomos: 'Los hechos y los mitos' y 'La experiencia vivida'. Defendió el trabajo como la "única manera que garantiza a la mujer una libertad concreta", pues gracias a él la mujer puede franquear "en gran parte la distancia que le separa del hombre". Fue muy criticada - asegura Pardina-. Toda persona que rompe con los moldes establecidos o que se opone a los prejuicios al uso, es muy criticada. Su obra fue muy criticada cuando salió en Francia por algunos de sus compañeros intelectuales como Albert Camus, que le dijo que había deshonrado al varón francés. La derecha francesa se opuso porque hacía una desmitificación de las instituciones tradicionales como la familia, las relaciones de pareja y la maternidad y la iglesia católica le puso en el índice de prohibida... fue una persona muy rompedora como feminista y como persona vivió muy libremente en coherencia con lo que pensaba

Vida personal

 Pensadora y novelista francesa, representante del movimiento existencialista ateo y figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer. Conoció en 1929 a Jean-Paul Sartre en la Sorbona, cuando ambos ejercían como profesores de Filosofía, quien fue decisivo, según ella "el acontecimiento fundamental de mi existencia". Estuvieron unidos intelectual y sentimentalmente hasta que Sartre falleció en 1980. Con él llevó a cabo una serie de principios basados en su concepción de la mujer y de la pareja. Su filosofía, el existencialismo y su compromiso político de izquierdas entraron en crisis ante las consecuencias de la II Guerra Mundial. Se le reprocha el nulo compromiso tanto suyo como de Sartre en favor de la Resistencia contra la ocupación alemana.

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